Siempre dicen “sí”
Hoy ha sido un día cansado. La burocracia agota hasta al más fuerte. Una cosa es hacer cola en la oficina del INEM de Mataró para cobrar del paro y descubrir que no has trabajado ni el tiempo mínimo para cotizar. Sientes que has perdido la mañana. Otra cosa es sentarse a negociar con un chino las condiciones de un contrato de alquiler. Aunque suene a tópico, queda confirmado que los chinos no saben decir que no. ¿Se puede instalar televisión internacional por satélite? “Yes, yes”. ¿ Hay internet wi-fi? “Yes, yes”. ¿Se puede fumar puros aquí dentro? “Yes, yes”. Vamos mal. Sin exagerar: lograr que entendieran lo que es un router inalámbrico nos ha costado dos horas de blablablá en tres idiomas diferentes, inglés, francés y chino. Puede que mañana el propietario del piso aparezca con un secador de pelo o un cepillo de dientes recargable en lugar del modem.
Beijing cambia rápido y sigue siendo una ciudad de contrastes. Nuestro barrio, el CBD – China Business District – , va a convertirse en el downtown de la ciudad. Las inmobiliarias se pelean por colocar su rascacielos en cada tramo de calle vacío. El más espectacular de estos edificios será el que proyecta el arquitecto holandés Rem Koolhas para albergar la sede de la CCTV – China Central Television. El terreno del futuro edificio, en la esquina con el tercer cinturón, está vallado pero deja a la vista una enorme grúa que levanta cemento a gran alzada. En el otro lado de la calle hay una serie de antiguas fábricas de ladrillo que no tardaran en demolidas. Los trabajadores, que visten monos de trabajo y cascos naranjas, tienen la piel curtida y parecen campesinos. Vuelven a la obra después de una pausa para el almuerzo. No es lo mismo trabajar para un proyecto de Koolhas que para un especulador inmobiliario cualquiera. Delante de nuestra casa, en Pingold, una tropa de más de 20 trabajadores trabajan las 24h para levantar un nuevo complejo de viviendas. “Está previsto que se acabe en septiembre”, comenta Angela, la chica que nos alquila el piso. Para ellos quizá no haya descanso para comer.
Hacer fotos por la calles de Beijing en pleno Febrero es duro. Las manos se te quedan congeladas hasta que ya no puedes ni palpar el botón del flash. Sólo deseas que la foto salga bien a la primera, y no hay manera. La cosa se complica cuando el moquillo empieza a correr por la nariz, se estrella contra la pantalla digital y no te deja ver como ha salido la foto. El momento crítico es cuando tus manos dejan de sentir la cámara con los dedos y tus pulmones empiezan a contraerse, "quejándose" por haber sido expuestos demasiado tiempo a la intemperie. No es el frío lo que jode a los pulmones sino el dióxido de carbono que, en Beijing, campa a sus aires.
A.
2007/02/01
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4 comentarios:
Hola naranjitos, sigo vuestras peripecias en China, cuando L. me deja. Pero hasta ahora me había dado pereza hacerme la cuenta de google. Ya haré aportaciones más ocurrentes a vuestro blog a ver si creamos debate. Besos desde Berlín. Bj
Por fin he conseguido sacarme una cuenta en gmail, por lo visto te ha de invitar alguien. Lo de comparar Beijing con Marbella no me parece tan descabellado... Besos
bones!!! molt bona idea questa d'anar relatant la vostra experiencia a la Xina, al menys per a mi que no haur'e d'esperar a que em contestis els mails o que vinguis de vacances per saber de tu. T'anire seguint i si segueixes publicant en diaris avisam que encara que comprar l'ABC sigui com un sacrilegi per mi, que no faria per la que ha estat i serà, per lluny que estigui la meva millor amiga. Recorda al llarg dxe la teva vida amb qui pots comptar i recorda quedar-te sempre amb el costat bo de es coses. Una abraçada. Noe.
Diuen que aviat penjareu al Blog les fotos del nou Winter Palace que recentment han descobert dos “rookies” a Pequín... sembla ser que el famós Summer Palace es ridícul comparat amb aquest.
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