La crisis tibetana, o como se la quiera llamar, lleva ya un mes al rojo vivo. Aprovechando que Blogger vuelve a funcionar en China, gracias a las concesiones del Partido para demostrar que Pekín se merece albergar los Juegos Olímpicos, quería dar mi punto de vista sobre el asunto. Es un terreno pantanoso que provoca susceptibilidades. Día sí día tambíen algún chino me critica por la injusta y maliciosa imagen que la prensa internacional da de China, según su parecer. Mi opinión es que China es un país débil, con muchísimos problemas por solucionar. Con la crisis tibetana China ha demostrado que no es todavía una potencia del desarrollo humano, y mucho queda para que lo sea.
El gobierno de una potencia líder, (¿Estados Unidos, Alemania, Japón, Reino Unido, Francia, Rusia?), cuando recibe críticas, no lloriquea ("Buaa buaa ¡Señorita! ¡Que Peláez mha insultado!"). Tampoco debería utilizar la situación para agitar el peligrosísimo orgullo nacional y ocultar así sus debilidades. El país líder, el club de fútbol líder, el político líder, el científico líder, la empresa líder, cuando asume ese rol lo hace a sabiendas que va estar 24 horas al día en el ojo del huracán, escrutinado al detalle por todos los que le siguen detrás. Cuando el Partido Comunista compitió durante más de una década por organizar el numerito de los Juegos Olímpicos, para lucir modernidad y progreso, asumía estas reglas. Me niego a creer que no lo supieran.
A los Juegos Olímpicos se les da quizá una excesiva importancia. Para mí son un acontecimiento deportivo de un colectivo de federaciones deportivas estatales. No representan ni a gobiernos, ni regiones, ni partidos polítcos ni ONG's. Es totalmente legítimo que a mucha gente no le interesen los Juegos, o que no se vea representado en ellos. Empezando por los tibetanos.
Pero también es legítimo que los Juegos Olímpicos alteren los ánimos de muchos porque con su business deportivo se entrometen en asuntos políticos. Quien niega esto, miente o no se documenta lo suficiente. Los Juegos Olímpicos de Pekín son desde 2001 un show de propaganda interna algo tremendo. Pekín 2008 es un asunto interno, los esfuerzos que le dedica la cúpula del Partido son en un 80% para el público interno, para demostrar al pueblo chino que las cosas van bien.
Dos ejemplos 1 y 2 :
A mí el Comité Olímpico Internacional me recuerda al Vaticano. ¿Por qué nos exaspera tanto a algunos la Iglesia Católica? Sobre el papel es una asociación religiosa que va a la suya, que sólo se preocupa por las almas de sus fieles. Pues no siempre es así: muchas veces, todavía hoy, a sus líderes en Roma, en Madrid o Varsovia les gusta entrometerse en las cuestiones terrenales de la política (y no me refiero al debate por la dichosa asignatura de religión).
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Cuando la administración de los Estados Unidos decidió invadir Irak, millones de personas en todo el mundo se manifestaron en contra. A George W. Bush le llamaron de hijo de puta para arriba; a Tony Blair, igual, ¡incluso al actor de reparto Aznar! Ninguno de ellos, que yo recuerde, lloriqueó ("buaa buaa, ¡que no me quieren! ¡Con lo bueno que soy!").
El Partido Comunista Chino ha demostrado que es muy débil y lo peor, que los fundamentos de China son débiles. la China unida en harmonía es una ficción que se ha mantenido a base de mano dura y resultados económicos meteóricos generalizados. Los meteoritos acaban estrellándose.
Lo que más he lamentado de todo el sidral tibetano, a parte del sufrimiento humano, es la hipocresía del gobierno chino con los medios de comunicación internacionales.
El gobierno chino y sus medios de comunicación dan lecciones de ética periodística a los periódicos y las televisiones europeas y americanas. Así como lo digo, dan lecciones de ética. En sus ediciones online, versión china o inglesa, tienen secciones especiales para vilipendiar a los medios extranjeros por los supuestos errores que han cometido en su información sobre el Tíbet. Es difícil no cometer errores cuando un 30% del territorio de China, donde se producen los acontecimientos, está cerrado al paso de los periodistas.
Mirar si es débil el gobierno chino que insiste en criticar por su nombre a los medios que más mal consideran que se portan. ¿Os imagináis a la portavoz de Tony Blair cada semana pasando lista de los medios que han criticado al premier? Es impensable. Quizá tiene que ver con el confucionaismo y la obediencia y... No lo sé, pero que no den lecciones, please.
Es un perogrullo decirlo, pero es incomparablemente mejor la cobertura informativa de la crisis tibetana que ofrecen los medios de los Estados Unidos que los de China. No se puede comparar porque la prensa china es pésima, por lo que leo en sus ediciones en otros idiomas y los muchos artículos que leo traducidos del chino. Es pésima no por sus profesionales sino por el sistema. La propaganda en China lo contamina todo y convierte el periodismo en una no-profesión. Es un funcionariado. Es algo espantoso y es una ofensa a los principios del periodismo acusar a unos de realizar mal su trabajo cuando quienes critican ya de entrada ni ejercen la profesión.
En China se han producido evidentes mejoras en cuanto a la libertad de expresión. En prensa, por mi documentación y entrevistas que he hecho, creo que los progresos han sido escasos. Se publican noticias denunciando delitos ecológicos, sociales, estafas... Pero incluso estos a veces se escriben con brocha gorda, sin contrastar. Lo que no se puede hacer bajo ningún contexto es criticar a la cúpula central del Partido, por eso el 90% del periodismo que se produce en China no es periodismo, es propaganda.
Os invito de todo corazón a que echéis un vistazo a los medios chinos. No ahora en pleno sarao, sino durante el año. Es un ejercicio que ayuda a ser consciente de la suerte que tenemos que en ciertos países del mundo haya periodismo medianamente libre y de calidad.
C.