2008/09/18

BACK TO BEIJING

Me quedan 8 horas de sueño en mi cama de niña en la casa de mis padres, cerca de Barcelona. Mañana regreso a Pekín, después de una semana disfrutando del cielo azul y despejado del Mediterráneo, de familia, amigos y de una maratón de comidas y cenas que me han obligado a comprar pantalones nuevos. ¿Me espera el estrés? ¿Qué estrés puede haber en Pekín? Una de las cosas que más valoro de los pekineses y, en general, de los chinos, es su parsimonia y su calma para ir por el mundo. Mirarlos aquí, en plena partida de mahjong:


La foto me la hizo mi amigo Aritz Parra, también periodista. Este club de mahjong está en un hutong viejo y destartalado frente a la puerta norte del Templo del Cielo. No puede verse desde la calle, porque antes de los JJOO construyeron un muro de cemento para ocultar los hutongs más feos a los visitantes extranjeros. No vaya a ser que pudieran estropear la "imagen perfecta" de Pekín. Tengo que acordarme de pasar por ahí para comprobar si el muro sigue en pie.
A.

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